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Cómo empezar con las acciones

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Ha decidido invertir en el mercado de valores. ¡Enhorabuena! En el libro "The Future for Investors" (El futuro para los inversores) de Jeremy Siegel, publicado en 2005, el autor demostraba que, a largo plazo, la inversión en acciones ha superado holgadamente a la inversión en bonos, letras del Tesoro, oro o efectivo. A corto plazo, uno u otro activo puede superar a las acciones, pero la inversión global en acciones ha resultado ser, históricamente, el camino del éxito.

¿Le gusta asumir riesgos? ¿Siente temor ante el riesgo? ¿Un poco de todo?
Quizás esté ansioso por empezar a obtener esos fabulosos rendimientos de los que tanto oye hablar, pero no se precipite y dedique unos instantes a formularse algunas sencillas preguntas. El tiempo que dedique ahora a considerar lo siguiente le ahorrará dinero a largo plazo.

¿Qué tipo de persona es usted? ¿Le gusta asumir riesgos y está preparado para invertir dinero en una oportunidad que le permitiría ganar mucho dinero o prefiere algo más "seguro"? ¿Cuál sería su posible respuesta ante una caída de un 10 % de una acción individual en un día o una caída del 35 % en el transcurso de unas semanas? ¿Lo vendería todo en medio de una situación de pánico?

Las respuestas a estas y a otras preguntas similares le llevarán a considerar los distintos tipos de inversiones de capital, tales como los fondos de inversión o de índice frente a las acciones individuales. Si normalmente no le gusta asumir riesgos y se siente incómodo haciéndolo, pero sigue deseando invertir en acciones, la mejor apuesta podrían ser los fondos de inversiones o los fondos de índice. Esto es debido a que contienen un buen número acciones distintas y a que están bien diversificados. Se reduce, así, el riesgo y no es necesario realizar ninguna investigación sobre las acciones individuales.

¿De cuánto tiempo dispone para invertir y en qué medida le interesan las inversiones?
¿Debería invertir en fondos, en acciones o en ambos? La respuesta estará en función del tiempo que desee dedicar a esta tarea. Una cuidadosa selección de fondos de inversión o de índice le permitiría invertir su dinero, dejando el arduo trabajo de seleccionar las acciones al gestor de fondos. Los fondos de índice son, incluso, más sencillos, porque suben o bajan en función del tipo de empresa, industria o mercado a los que realizan el seguimiento.

Las inversiones en acciones individuales son las que exigen más tiempo, ya que requiere realizar valoraciones acerca de la gestión, las ganancias y las perspectivas de futuro. Como inversor, su propósito es distinguir entre acciones lucrativas y un desastre financiero. Debe conocer su actividad, cómo obtienen el dinero, los riesgos, las perspectivas de futuro y mucho más.

Por lo tanto, pregúntese de cuánto tiempo dispone para dedicar a esta iniciativa. ¿Desea dedicar un par de horas a la semana, o más, recabando información acerca de distintas empresas o está demasiado ocupado para encontrar tiempo? Invertir en acciones individuales es una habilidad, como cualquier otra; por lo que su desarrollo requiere tiempo.

Jugársela a una sola carta
Es aconsejable no exponerse a un único tipo de activo. Por ejemplo, no invierta todo su dinero en pequeñas empresas de biotecnología. Sí, las ganancias potenciales pueden ser muy elevadas, pero, ¿qué le ocurrirá a su inversión si la Food and Drug Administration (Administración de Alimentos y Fármacos) empieza a rechazar un porcentaje elevado de nuevos medicamentos? Toda su cartera se vería afectada negativamente.

Es más conveniente estar diversificado en varios sectores diferentes, tales como bienes raíces (un fideicomiso de inversión en bienes raíces es una posibilidad), bienes de consumo, materias primas, seguros, etc., en lugar de centrarse en uno o dos o tres, como en el caso anterior. Considere la posibilidad de diversificar las distintas clases de activos, manteniendo algo de dinero en bonos y efectivo, en lugar de invertir el 100 % en acciones. La cantidad que debe invertir en estos sectores y clases depende de usted, pero invertir de forma más amplia reduce el riesgo de perderlo todo de golpe.

Una cartera para principiantes
Si usted acaba de empezar, piense seriamente en invertir la mayor parte de su dinero en un par de fondos de índice como, por ejemplo, uno que haga un seguimiento del gran mercado (por ejemplo, el S&P 500) y uno que proporcione cierto grado de exposición internacional. Tal vez, añadir uno que haga un seguimiento de las pequeñas empresas (por ej., el Russell 2000) daría un impulso a su cartera.

Una cartera formada por estos tres fondos le ofrecería suficiente diversificación, le proporcionaría el rendimiento estable de las grandes empresas y le permitiría aderezarlo un poco con empresas internacionales y acciones de baja capitalización.

Una cartera con acciones individuales
Si invierte en acciones individuales, una cartera de entre 12 y 20 acciones cuidadosamente seleccionadas le ofrecerá suficiente diversificación y, probablemente, no serán demasiadas para realizar un seguimiento regular. Sin embargo, deberá asegurarse de conocer completamente cada empresa, desde el negocio hasta los riesgos. Si tiene pensado invertir solo en acciones, asegúrese de repartir los fondos en distintos sectores como, por ejemplo, salud, tecnología y acciones de baja y gran capitalización.

Si no dispone de tiempo, o no desea seleccionar ni realizar el seguimiento de un gran número de acciones, considere la posibilidad de invertir en una mezcla de fondos de índice y de acciones individuales. Otro aspecto que debe tenerse en cuenta, especialmente si empieza con fondos limitados, es que, tal vez, no sea factible invertir en 12-20 acciones distintas, por lo que invertir la mayor parte de su dinero en algunos fondos le proporcionará el rendimiento estable que estos suelen generar, mientras que media docena de acciones individuales proporcionarían a su cartera un empujón adicional.

Momento de invertir
Una vez que haya determinado la forma que tomará su cartera, ha llegado el momento de invertir. Encuentre a un corredor de bolsa con el que se sienta cómodo, ya se trate de un corredor de bolsa en línea o uno con oficina local o ambos. Llame a esta persona y hable con ella, si es necesario. Seguidamente, rellene el papeleo, deposite dinero y abra una cuenta.

Tras decidir qué comprar, no lo compre todo de golpe; vaya despacio. ¿Qué ocurriría si invirtiera todo el dinero justo antes de un declive del mercado? Sufrir pérdidas tan rápidamente no le resultará muy útil. Planifique la inversión de todo el dinero en varios meses, para minimizar cualquier riesgo de entrada en el mercado. Para finalizar, recuerde reservar tiempo cada semana para revisar o ponerse al día de las novedades de sus inversiones.

Siga sumando
A medida que su experiencia aumente, sus decisiones de asignación de activos probablemente cambiarán. Podría ajustar su cartera de forma regular cada año, más o menos, vendiendo parte de un tipo de inversión y comprando más de otra. Asimismo, podría ajustar su cartera incorporando fondos adicionales en aquellas áreas en las que desea incrementar la exposición.

Estos fondos adicionales pueden utilizarse para ampliar el número de títulos del que dispone o pueden añadirse a fondos existentes. Hágalo de forma regular y, antes de que pueda darse cuenta, poseerá una cartera sustancial que le ayudará a financiar su jubilación, adquirir una segunda vivienda o cumplir los objetivos que se marcó cuando empezó a invertir.

Conclusión
Antes de lanzarse al mercado de valores, dedique tiempo a pensar en aquello que desea conseguir y cómo hacerlo manteniéndose dentro de unos niveles de riesgo que le resulten tolerables. Tenga en cuenta, también, cuánto tiempo puede dedicar a las inversiones. Si lo hace antes de invertir los primeros dólares, se protegerá de la montaña rusa emocional que supone invertir primero de una forma y luego de otra, sin llegar a saber realmente porqué cambia de idea. Reflexionar antes y durante su carrera en el mundo de las inversiones resultará más útil para obtener buenos resultados que intentar conseguir los valores en alza del momento. Al fin y al cabo, se trata de su dinero; debería saber qué hacer con él y por qué.

por Jim Mueller

Jim Mueller inició su carrera como científico, obteniendo su titulación superior en bioquímica y biología molecular en la Universidad Estatal de Washington. Desde entonces, se ha convertido en un inversor autodidacta y escritor financiero. También contribuye regularmente en The Motley Fool.

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